Sunday, May 4, 2008

Nueva adquisiciòn

Anteayer entré brevemente en Cúspide buscando un libro que había visto en otro local, el cual no encontré. Pero buscándolo, me topé con Decir casi lo mismo. La traducción como experiencia de Umberto Eco (editorial Lumen).
Como no podía evitarlo, el título me atrapó desde el primer momento y me puse a hojearlo. Parece muy interesante ejemplificar los problemas de la traducción desde ejemplos concretos, como hace el autor en esta ocasión.
El hecho de que esté traducido al español crea un nuevo nivel de complejidad en un texto sobre traducción. Genera un nivel de metalingüística muy interesante. Y al haber sido traducido por Helena Lozano Miralles, que es algo así como su traductora "oficial" al español, es una marca de calidad. Al igual que en otras ocasiones, ella estuvo trabajando junto con Umberto Eco para asegurarse de que la traducción sea tan fiel al espíritu de la obra como sea posible. Dado el tema de la obra, y la trayectoria de Eco en el tema, supongo que el resultado es destacable.
Lo compré sin dudarlo, y estoy empezando a leerlo. Espero poder publicar un comentario en el blog en unos días.

Monday, March 17, 2008

El alcance de la traducción

Luego de haberme ido una semana de vacaciones vuelvo a la carga, renovado.

Cuando se habla sobre traducir un texto, uno imagina la tarea del traductor como "simplemente" convertir lo escrito en un idioma en algo escrito en otro diferente, pero con el mismo contenido.
Sin embargo, aquí es donde comienzan los problemas.
¿Cuál es el contenido de un texto? ¿Cómo se lo puede evaluar? ¿Qué traducción es la mejor? ¿La que respeta las palabras utilizadas? ¿La que pretende mantener la forma y estructura del texto? ¿La que procura mantener la "idea" o la "intención" originales del autor? ¿Cómo estar seguro de cuáles eran las intenciones originales del escritor?
Estas preguntas, y otras muchas, nos vienen a la mente cuando intentamos detallar el alcance y la calidad de una traducción. Y todo se resume en: ¿se puede lograr un texto en un idioma diferente que respete la esencia del texto original?
La respuesta es: probablemente no.
No, porque pueden aparecer palabras que no tengan una traducción directa, y requieran de varias palabras para transmitir su significado.
No, porque hay estructuras estilísticas y gramaticales que no tienen equivalente directo en el idioma de destino.
No, porque el idioma viene acompañado de una cultura que es ajena a otros idiomas.
No, porque la historia de las palabras es diferente para cada idioma.
Etcétera.
Por supuesto, me estoy refiriendo principalmente a la traducción literaria. La traducción técnica tiene sus propias complejidades, que probablemente aborde en un post posterior (¿cómo traducir post, por ejemplo?).
La tarea del traductor viene entonces ligada a innumerables restricciones. Y es por eso que el traductor tiene a su vez ambas tareas: la de descuridor y la de creador. El trabajo del traductor es el de re-crear el texto.
Pongamos por ejemplo la siguiente frase en inglés, el segundo idioma que mejor manejo: "There are, actually, hundreds of ways of doing it; and at least five you could get away with."
Cómo traducirla? Se me ocurren varias opciones, y varios puntos a tener en cuenta a la hora de encarar su traducción (al español, por supuesto).
Para empezar, hay que reconocer a actually como un false friend muy habitual en inglés. No debe ser traducido como actualmente, sino como de hecho, en este caso.
Por lo tanto, la primera parte de nuestra oración quedaría algo parecido a: "Hay, de hecho, cientos de maneras de hacerlo..."
Por cierto, esa oración podría comenzar con "There are, actually, hundreds of ways to do it..." y la traducción sería la misma. O sea que ya estamos perdiendo, en cierto modo, algo del contenido original, al no poder reflejar el matiz presente en ella. Es imposible diferenciar entre ambas versiones.
En cuanto a la segunda parte de la oración original, varios detalles van a perderse en la traducción, comenzando por la estructura de colocar la preposición al final. Pese a la pretensión de que en inglés resulta incorrecto terminar una oración con una preposición, esa es una limitación copiada del latín por los gramáticos ingleses de los siglos XVI y XVII. Dado que el inglés no es una lengua derivada del latín, ésta es una limitación artificial que no se corresponde al idioma. Es perfectamente aceptable finalizar oraciones con preposiciones en inglés, pero no así en español, que sí es un idioma latino.
Por lo tanto, ninguna forma que se nos ocurra para traducir esa segunda parte, puede reflejar este sutil giro en la construcción. Algunas opciones son, por ejemplo: "...y podrías salirte con la tuya con al menos cinco de ellas." o "...y al menos de cinco podrías salirte con la tuya."
Una posible traducción de la frase completa sería: "Hay, de hecho, cientos de maneras de hacerlo; y al menos cinco de salirte con la tuya." Por supuesto, me tomé algunas libertades con la traducción, tales como abreviar un poco el resultado final, para darle una forma más dinámica. Algo un poco más elaborado podría ser: "Hay, de hecho, cientos de maneras de hacerlo, y al menos cinco con las que te las podrías arreglar." Con esto procuro apegarme lo más posible no solamente al significado original, sino también a la estructura y la forma presentes en la oración, salvando las distancias entre ambos idiomas.
Por supuesto, distintos traductores, elegirán distintas variantes según sus propios requisitos y preferencias. Algunos buscarán mantener la estructura idiomática en la medida de lo posible, alterando levemente las palabras usadas, otros preferirán apegarse al contexto, o a la literalidad de la traducción. Distintas opciones pueden ser preferibles en distintos casos, y corresponde al traductor y a su buen criterio elegir la que más convenga en cada momento.

Monday, March 3, 2008

Amigos Falaces

Y luego de la presentación, algo de contenido.
Uno de los clásicos de la traducción, así como del estudio de otros idiomas es el de las palabras que suenan parecidas y cuyo significado es muy diferente. Llevan por nombre el de falsos amigos (false friends en inglés o faux amis en francés). Y con ello se refieren al hecho de que aparentan ayudar en nuestra labor de comprensión al parecerse a palabras de nuestra lengua materna, cuando en realidad no hacen sino confundir y complicar la tarea de extraer significado de ellos.
Existen extensísimas listas de palabras que entran en esta categoría para casi cualquier idioma que se tenga intenciones de traducir, pero quizá los casos más representativos por lo frecuentes sean los del inglés, francés, alemán, portugués e italiano.
Estas palabras plantan astutas piedras en el camino de cualquier traducción, esperando a algún incauto que con ellas se tope. Su aparente familiaridad hace prescindir del uso del diccionario cuando más necesario se nos hace. Por ello es importante "amigarse" con ellas para estar presto a reconocerlas e interpretarlas correctamente.
Cuántas veces hemos visto a algún traductor no avisado mencionar librerías en lugar de bibliotecas, o hablar sobre hechos actuales en vez de reales. Quizás no se trate de una realización sino de la comprensión final sobre algo. O, pasando al francés, una décade puede parecer mucho tiempo, pero en realidad son solamente diez días. Y uno puede tranquilamente tener un nombre de la suerte, que no es más que un número. El sol puede ser pisado por los mortales, quienes caminan sobre él todos los días. Y así se podría continuar citando ejemplos en varios idiomas.
El mayor riesgo de los falsos amigos se da cuando el significado real no se aleja tanto, contextualmente hablando, del significado supuesto. Así, en portugués, uno puede referirse al apellido de una persona, que no es otra cosa que su apelativo o apodo. Pero un traductor desatento podrìa interpretarlo como el apellido verdadero de esa persona sin pensarlo dos veces. Y a un lector que desconozca el idioma ni siquiera se le ocurriría cuestionar la palabra del traductor. Al fin y al cabo, quien realizó la traducción estudió para ello.
Son los lectores que realmente manejan el idioma original quienes pueden notar la falencia en el resultado final. Luego de familiarizarse con esas expresiones, uno tiende a "pescar" las inconsistencias, o los errores más usuales. Pero el traductor no debería escribir para quienes conocen el idioma, sino para los que no. Por eso debería hacerse más hincapié en el correcto estudio de los falsos amigos en las carreras de traducción, sea para el idioma que sea, ya que ellos siempre van a estar ahí. Acechantes. Con una mano atrás de la espalda, listos para saltar al cuello de nuestro idioma y a mutilar el significado de nuestro texto.

Génesis

Los comienzos están envueltos en oscuridad y misterio.
Cuando comencé con la idea de éste blog, nunca pensé en la mejor manera de comenzarlo. Simplemente se me ocurrió dedicar un blog a la discusión y comentario de dos temas estrechamente relacionados y que siempre me interesaron: los idiomas y la traducción.
Así es como surge el nombre; como referencia desde una cita de Umberto Eco la cual, irónicamente, solamente pude encontrar en inglés. No logré hallar referencia a la frase original (la cual supongo en italiano, por más que el señor Eco domine varios idiomas). Por lo tanto no tengo más que su existencia despojada de contexto, al menos formal.
De todos modos, dicha frase, que encabeza el blog ("Translation is the art of failure"), creo que representa sucintamente y con perfecta claridad la magnitud de las dificultades que afronta el traductor promedio a la hora de trasladar ideas y conceptos entre idiomas. Y es que las palabras dan forma a las ideas mediante asociaciones con otras palabras, y éstas asociaciones son muy culturales. Dependen de la historia, del entorno y de la gente. Y la tarea del traductor es reflejar todo ese contexto en unas pocas palabras.
Por eso la traducción es un arte. Y por eso está condenada a fracasar más tarde o más temprano. Del traductor, de sus herramientas y de su arte dependen lograr que el fallo se produzca lo más tarde posible.
Espero que éste lugar se convierta en un espacio no solo para traductores sino para todos aquellos que gustan de las traducciones y los idiomas. Y como traducir es fracasar, seguramente habrá ocasiones en las que debamos recurrir a otros idiomas para mejor expresar una frase o una idea, sin por ello pecar contra los puristas. Porque el purismo se opone a la diversidad de idiomas y culturas.
Sin más doy la bienvenida a éste lugar a todo el que pueda interesarse.